Con el paso del tiempo, los lentes se convirtieron en un accesorio muy importante y pocas veces se les da la prioridad que merecen. No se trata sólo de proteger tus ojos de los rayos de sol cuando salimos a rodar, no usarlos puede generar alteraciones que afectan el sistema visual ya que también nos protegen del aire, del polvo o de los insectos.
A la hora de elegir unos lentes de ciclismo puedes cometer el error de adquirir el que esté de moda, o por un color específico o estética. Sin embargo, en lo que necesitas prestar atención es en la seguridad, protección y comodidad.
Protección: Debe contar con protección contra la radiación ultravioleta, protección contra los impactos y ofrecernos una buena visibilidad (protección UE/FDA)
Tamaño: Elegir el armazón más adaptable a cada rostro.
Material: Liviano, hipoalergénico, moldeable y resistente a la vez. El policarbonato es gran opción, ya que tiene alta resistencia al impacto y además ofrece unas buenas propiedades ópticas
Diseño: Que proporcionen un buen campo de visión y que permita circulación de aire para que no se empañen.
El filtro: Varía según las necesidades del ciclista (claros, obscuros, intercambiables, fotocromáticos, etc)
¿Llevar los lentes por fuera o dentro de la cinta de ajuste del casco?
Muchos ciclistas prefieren llevarlas por la parte interna, para que los lentes tengan mejor agarre. Sin embargo, lo más recomendable es llevarlos por fuera, así en caso de caída saldrán despedidas y evitaremos que se rompan o se nos claven en la cara.